lunes, 22 de octubre de 2007

Mercader.

Caminare por pasillos sin tener rumbo alguno,
y disfrutare visiones de males indecorosos.

Veré arder tantos pechos… dispersos,
y cerrare las puertas de esa herida lujuriosa.

Soltare a los perros destinados a aquel árbol,
y acribillare verdades al borde de un abismo.

Conservare sartenes que solo se alegren,
y cocinare entrañas de tantos otros.

Despilfarrare visiones que atraigan al turista,
y multiplicare deseos de pequeño ajedrez.

Robare el estiércol de la puerta despreciada,
y azotare a las vacas que apañan la vejez.

Masturbare sentidos con miedos al placer,
y saqueare los rasgos de la cruel desnutrición.

Besare influjos que provienen del temor,
y dormiré tranquilo en mi lecho junto al viento.

Nublare ventanas que se alejen del ser,
y así, solo yo tendré el derecho,
de quitármelo todo alguna vez.



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