martes, 29 de abril de 2008

Allá.




















y allá...

tus brazos… ¿acaso se mueven?
tus dedos… ¿acaso se estiran?


y acá...

mis dientes rechinan…
mis ojos se acostumbran a la oscuridad.



...


R.A.E.

allá.

(Del lat. illac, por allí).

1. adv. l. allí Indica lugar menos circunscrito o determinado que el que se denota con esta última voz. Por eso allá admite ciertos grados de comparación que rechaza allí. Tan allá, más allá, muy allá. Se emplea a veces precediendo a nombres significativos de lugar para denotar lejanía.


2. adv. l. En el otro mundo.


3. adv. l. U. en fórmulas como Allá te las compongas, allá se las haya, allá tú, allá él, allá cada cual, etc., para manifestar desdén o despreocupación respecto a los problemas ajenos.


4. adv. l. U. para indicar alejamiento del punto en que se halla el hablante.


5. adv. t. Denota el remoto pasado.


lunes, 28 de abril de 2008

Mi violenta morsa.


Su vientre al sol, y ella ya no se lamenta.

Esta escondida en mi ropero… mi morsa, mi violenta morsa.
Ya devoro a tres niños, mato a dos perros y violo a un gato.

Su sed a nadie tienta, su violencia se compara…
(Con otras morsas, con otras morsas).

Divaga en su columpio, distrayendo a sus pares
de verdades tan profanas, como su ciega fe.

Mi violenta morsa al arresto nunca habrá de resistirse,
pero maldecirá a sus verdugos.

domingo, 27 de abril de 2008

Lobotomía.




















the wolves in the wall.

miércoles, 23 de abril de 2008

martes, 22 de abril de 2008

Death [Dave Mckean]





















in the deepest eyes...

Please... no jeckyll, no hyde...

lunes, 21 de abril de 2008

Quizás...















y te voy a decir…

me voy… aunque no quiera, tengo que irme.

¿porque decir lo que no quiero?

¿lo escucho en tus ojos?... [quizás]


y voy a tener miedo…

ya lo tengo… me aterran mis palabras no pronunciadas.

¿y luego de pronunciarlas?

¿podré leer aun tu cuerpo en las mañanas?... [quizás]


y voy a esperar...

espero... que me retengas, que me obligues a quedarme.

¿porque debo quedarme?

¿...?... [quizás]



quizás...





domingo, 20 de abril de 2008

Mago.

Hice aparecer un amanecer,
hice aparecer un acontecer.

Hice desaparecer mi temer,
hice desaparecer tu tener.

Mi truco creo tu sonrisa,
tu magia alimento la mía.

Aplausos alcanzan vagamente mis oídos.
¿Prestigiditaré una vez más?

y… con mi ilusionismo no te traeré a mi lado.
y… con mi magia he de desaparecer.

Ya sin trucos para hacerte reaparecer,
seré un mago desocupado.


sábado, 19 de abril de 2008

Impacto.













... y que sera de nosotros?
...los muñecos de impacto.


martes, 15 de abril de 2008

Forma.














Creáme un rostro,
creáme una voz,
creáme un dialecto que los demás no entiendan.

Creáme un dios,
creáme una fe,
creáme religión que no me limite.


Y mientras…
dame forma en tu visión
e ilumina mis oídos por las noches.

Y mientras…
dame forma en tu ajuar
y adornare tus estantes durante el día.

Y mientras…
veré circular tus palabras en el vació tan lleno de tu aire.

domingo, 13 de abril de 2008

Equivocación.


Te equivocaste nena!
Nunca igualare a tu mesías!

Las sandalias no me gustan,
Detesto la barba y las perforaciones en el cuerpo.
Divido panes y peces, no los multiplico.
No hago ver a ciegos, solo veo ciegos.
No trato bien a los traidores.

Te equivocaste nena!
No camino sobre el agua, ni siquiera se nadar…

Te equivocaste nena!
No me elevo en la muerte, pero si tiene espinas mi corazón.

domingo, 6 de abril de 2008

Nada. [ what have you been looking? ]














I.

Conocí a Nada en una taberna cercana a mi páramo.

En el fin de los mundos, en el fin de los mundos.

Yo bebía una ligera bebida sin gas. Ella, engullía el aire a su alrededor.

Unos misteriosos acordes hicieron que nuestros alientos se cruzaran.

Se acerco…

zumbando a mi oído, mi bebida efervescio.

No bebí mas… los narcóticos en su aliento nublaron mi visión.

Mi bebida… solitaria en una mesa quedo.

Cuantas noches presas de palabras en esa taberna se hundió.

II.

Poco a poco mi bebida su efervescencia perdió.

Se marcharon los habitantes de la taberna, dejando sus vasos a medio tomar.

El cantinero entristeció y en una bala se hundió.

Poco a poco Nada bailo con ninguna gana y yo perdí interés en su baile.

Se marcho…

quede en mi esquina desolado,

la encontré , aunque dañina, cómoda nuevamente.

En mi compañía… sin burbujas un añejo vaso.

Le di un sorbo a mi ligera bebida sin gas.

...




si nada vive, nada muere... no hay lutos de por medio.







Cuento sin moraleja. [Julio Cortázar]

Un hombre vendía gritos y palabras, y le iba bien, aunque encontraba mucha gente que discutía los precios y solicitaba descuentos. El hombre accedía casi siempre, y así pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros, algunos suspiros que le compraban señoras rentistas, y palabras para consignas, eslóganes, membretes y falsas ocurrencias.Por fin el hombre supo que había llegado la hora y pidió audiencia al tiranuelo del país, que se parecía a todos sus colegas y lo recibió rodeado de generales, secretarios y tazas de café. -Vengo a venderle sus últimas palabras -dijo el hombre-. Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento, y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar fácilmente un destino histórico retrospectivo. -Traducí lo que dice- mando el tiranuelo a su interprete. -Habla en argentino, Excelencia. -¿En argentino? ¿Y por qué no entiendo nada? -Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre-. Repito que vengo a venderle sus últimas palabras.
El tiranuelo se puso en pie como es de práctica en estas circunstancias, y reprimiendo un temblor, mandó que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos. -Es lástima- dijo el hombre mientras se lo llevaban-. En realidad usted querrá decir sus últimas palabras cuando llegue el momento, y necesitará decirlas para configurar fácilmente un destino histórico retrospectivo. Lo que yo iba a venderle es lo que usted querrá decir, de modo que no hay engaño. Pero como no acepta el negocio, como no va a aprender por adelantado esas palabras, cuando llegue el momento en que quieran brotas por primera vez y naturalmente, usted no podrá decirlas. -¿Por qué no podré decirlas, si son las que he de querer decir? -pregunto el tiranuelo ya frente a otra taza de café. -Porque el miedo no lo dejará -dijo tristemente el hombre-. Como estará con una soga al cuello, en camisa y temblando de frío, los dientes se le entrechocaran y no podrá articular palabra. El verdugo y los asistentes, entre los cuales habrá alguno de estos señores, esperarán por decoro un par de minutos, pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y súplicas de perdón (porque eso si lo articulará sin esfuerzo) se impacientarán y lo ahorcarán.
Muy indignados, los asistentes y en especial los generales, rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre. Pero el tiranuelo, que estaba-pálido-como-la-muerte, los echó a empellones y se encerró con el hombre, para comprar sus últimas palabras.
Entretanto, los generales y secretarios, humilladísimos por el trato recibido, prepararon un levantamiento y a la mañana siguiente prendieron al tiranuelo mientras comía uvas en su glorieta preferida. Para que no pudiera decir sus últimas palabras lo mataron en el acto pegándole un tiro. Después se pusieron a buscar al hombre, que había desaparecido de la casa de gobierno, y no tardaron en encontrarlo, pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis. Metiéndolo en un coche celular, lo llevaron a la fortaleza, y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las últimas palabras del tiranuelo. Como no pudieron arrancarle la confesión, lo mataron a puntapiés.
Los vendedores callejeros que le habían comprado gritos siguieron gritándolos en las esquinas, y uno de esos gritos sirvió más adelante como santo y seña de la contrarrevolución que acabó con los generales y los secretarios. Algunos, antes de morir, pensaron confusamente que todo aquello había sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse, aunque parezca absurdo.
Y se fueron pudriendo todos, el tiranuelo, el hombre y los generales y secretarios, pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas.

sábado, 5 de abril de 2008

Digestión.














y yo le dije...
no eches leña al fuego
y ella agarró un bosque entero
y en su infierno lo metió.


It´s ok!










it´s ok, it´s ok, está bien...


jueves, 3 de abril de 2008

Soy no.













Soy no.

Yo, ¿me reconoces?

Antes si fui,

pero no volví.

Hoy, tan lejos de ayer,

¿soy no?

Hoy, tan cerca de mañana,

¿soy yo?

Si,

soy no.

No yo.

y… yo, no quiero verte…

y… no, yo quiero verte…